Esta transmisión se realiza en parte por radiación de las paredes en forma de ondas infrarojas por convección, llevado por las corrientes de aire caliente y también por conducción de la solera en los antiguos hornos de leña. Estos hornos son calentados previamente a la cocción, aprovechando que las paredes de piedra, de ladrillo o de barro conservan el calor durante un largo tiempo. En los modernos hornos eléctricos o de gas se suministra calor continuamente, se producen mecánicamente corrientes de aire y se alcanzan temperaturas de 260 °C aproximadamente.
sábado, 6 de junio de 2009
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