lunes, 8 de junio de 2009

Equipo de Trabajo

Yuleisi Yireth De La Hoz Roca
Melisa Nayeth Guera Montero
Charline Carolina Matos Cuello
Oriana Jimenez Valencia

sábado, 6 de junio de 2009

Horno calentador

Diseño del horno

Evoluciòn del horno calentador

Hace más de 2.000 años, los griegos decidieron acostar el horno tandoor, pusieron la puerta en la parte frontal y añadieron una solera.
Los
hornos con la puerta delantera eran más eficientes. Se construían de piedra o de ladrillo refractario, materiales que acumulan el calor durante un largo tiempo, con lo que era posible retirar el fuego antes de introducir los alimentos.
Así se han conservado los
hornos de leña hasta nuestros días. Estos se calientan mediante la combustión de madera en su interior. Los humos, por su parte, salen por la puerta, donde suele haber una chimenea.
Cuando el
horno está caliente, las brasas se apartan hacia la periferia de la estructura; a veces, se deja viva una llama para así poder ver el interior de la misma.

No hace muchos años el horno de leña era un elemento imprescindible en las casas rurales. A veces, se encontraba situado en la cocina y otras, en una esquina del corral.
Se construían de piedra o adobe, y de forma circular u oval, con una bóveda curva que facilitaba la circulación del aire caliente.
Los
hornos se calentaban haciendo arder en su interior ramas de llama viva y combustión rápida, hasta que el color de la piedra tornaba en un blanco característico. La temperatura del horno de leña disminuye con el tiempo. Al principio, recién apartadas las brasas, está más caliente, y es el momento de asar piezas planas que se harán pronto.
Luego, a menor temperatura, se pueden poner los bollos y las piezas de repostería. No en vano, cuando una situación está muy caliente se dice que "no está
el horno para bollos".

Evoluciòn del horno calentador

Hace más de 2.000 años, los griegos decidieron acostar el horno tandoor, pusieron la puerta en la parte frontal y añadieron una solera.
Los
hornos
con la puerta delantera eran más eficientes. Se construían de piedra o de ladrillo refractario, materiales que acumulan el calor durante un largo tiempo, con lo que era posible retirar el fuego antes de introducir los alimentos.
Así se han conservado los
hornos de leña
hasta nuestros días. Estos se calientan mediante la combustión de madera en su interior. Los humos, por su parte, salen por la puerta, donde suele haber una chimenea.
Cuando el
horno está caliente, las brasas se apartan hacia la periferia de la estructura; a veces, se deja viva una llama para así poder ver el interior de la misma.

No hace muchos años el horno de leña era un elemento imprescindible en las casas rurales. A veces, se encontraba situado en la cocina y otras, en una esquina del corral.
Se construían de piedra o adobe, y de forma circular u oval, con una bóveda curva que facilitaba la circulación del aire caliente.
Los
hornos se calentaban haciendo arder en su interior ramas de llama viva y combustión rápida, hasta que el color de la piedra tornaba en un blanco característico. La temperatura del horno de leña disminuye con el tiempo
. Al principio, recién apartadas las brasas, está más caliente, y es el momento de asar piezas planas que se harán pronto.
Luego, a menor temperatura, se pueden poner los bollos y las piezas de repostería. No en vano, cuando una situación está muy caliente se dice que "no está
el horno para bollos".

Origen del horno calentador

Los primeros hornos se los debemos a egipcios y babilonios, que empezaron a usarlos hace más de 5.000 años.
En esencia consistían en una especie de tapa de adobe en forma de campana que, por primera vez, permitía que los alimentos se cocinasen tanto por arriba como por abajo.
En otras culturas de la antigüedad se usaban hornos abiertos, para lo que se hacía un hueco o zanja que se forraba de piedras y luego se calentaban con fuego antes de colocar los alimentos, que se cubrían con vegetación.
En algunos países de moros usan el horno tandoor, de forma cilíndrica, con un fuego de carbón vegetal en su parte inferior y que llega a alcanzar temperaturas superiores a 400 °C.
Este horno permite ahumar los alimentos al tiempo que se cocinan, pero tiene el inconveniente de que, al tener la puerta por la parte superior, se experimentan fuertes pérdidas de calor.

Origen del horno calentador

Los primeros hornos se los debemos a egipcios y babilonios, que empezaron a usarlos hace más de 5.000 años.
En esencia consistían en una especie de tapa de adobe en forma de campana que, por primera vez, permitía que los alimentos se cocinasen tanto por arriba como por abajo.
En otras culturas de la antigüedad se usaban
hornos abiertos, para lo que se hacía un hueco o zanja que se forraba de piedras y luego se calentaban con fuego antes de colocar los alimentos, que se cubrían con vegetación.
En algunos países de moros usan el
horno tandoor, de forma cilíndrica, con un fuego de carbón vegetal en su parte inferior y que llega a alcanzar temperaturas superiores a 400 °C.
Este
horno permite ahumar los alimentos al tiempo que se cocinan, pero tiene el inconveniente de que, al tener la puerta por la parte superior, se experimentan fuertes pérdidas de calor.

Historia del horno calentador

Esta transmisión se realiza en parte por radiación de las paredes en forma de ondas infrarojas por convección, llevado por las corrientes de aire caliente y también por conducción de la solera en los antiguos hornos de leña. Estos hornos son calentados previamente a la cocción, aprovechando que las paredes de piedra, de ladrillo o de barro conservan el calor durante un largo tiempo. En los modernos hornos eléctricos o de gas se suministra calor continuamente, se producen mecánicamente corrientes de aire y se alcanzan temperaturas de 260 °C aproximadamente.

concepto

Aparato que suministra calor con el fin de calentar a los cuerpos que se introducen en su interior, los cuales sufren transformaciones físicas o químicas. Existen innumerables tipos de hornos que difieren entre si según el fin a que se detiene, la técnica empleada, etc. Los hornos se pueden clasificar de varias maneras: según la fuente de calor, el tipo de funcionamiento, la forma o las dimensiones del horno, el modo de calentar el material, etc. Según la fuente de calor los hornos pueden ser de combustión, eléctricos, solares y nucleares. Según el tipo de funcionamiento pueden ser discontinuos, continuos, de baño líquido y de atmosfera controlada.